El trauma es una experiencia de vida abrumadora y aparentemente insoportable – D.Berceli.
Como especie humana, estamos neurológica, biológica y psicológicamente diseñados para experimentar, madurar, sobrevivir y hasta evolucionar a través de la situación traumática. Estamos genéticamente codificados para dejar ir y recuperarnos del trauma y deshacernos de cualquier experiencia que obstruya o interfiera el proceso natural de evolución del cuerpo humano. El trauma es una oportunidad para cambiar y nacer.

Cuando estamos frente a una situación difícil, el instinto actúa. Las partes más primitivas del cerebro (el sistema límbico y el tallo cerebral) se hacen cargo, el cuerpo responde liberando cortisol y adrenalina, la persona es puesta en estado alerta. La sangre va hacia los músculos para posibilitar que la persona huya o luche.

Cuando nos enfrentamos al peligro, los músculos se contraen para protegernos. Los músculos Psoas (llamados conectores) son los que juegan el papel principal en la respuesta humana de lucha/huida. Los músculos psoas permanecen contraídos hasta que el peligro termina.
Los animales, cuando están en su hábitat natural liberan la carga que desarrollaron durante la situación traumática por intermedio del temblor, que es la habilidad natural que tiene el cuerpo para descargar energía.
Esto es lo que le permite a los animales sobrevivir ya que de esta manera no permanecen en constante estado de miedo o pánico. El temblor y la liberación les permiten sanar y desarrollar resiliencia frente a futuros traumas.
